Presente presente.
Estos recuerdos aún perduran en mi mente como un cajón desordenado pero aún sin vaciar. Desecho cada lágrima de mi porque no quiero asumir el pasado postrado en mi presente. Siento, una huella en mi, trágica, amenazadora, libre... Presumiendo de estar ahí... Sólo me queda llorar por un pasado que se alejó sin apenas poder despedirme de el... Todo fue tan rápido que aun habiendo pasado 3 años no me creo lo sucedido... No murió... Pero hubiese preferido que hubiera muerto... Quiero despedirme de él, pero mi valor es tan infinitamente pequeño que no podría afrontar su mirada perdida en la habitación del hospital. No podría afrontar que no me reconociese, que no se diese cuenta que su niña, la niña con la que tantas noches habías jugado y la que viste crecer con amor. No podría afrontarlo sin llorar...
Han pasado 3 años, y mi valor aun no es fuerte... ¿ Alguien podría afrontar el coma de un ser querido?... No lo sé, es algo que no cabe en mi razón...
Pensáis que no me importa... Que no sufro por ello... Mentira, sufro más que todos vosotros, pero como me enseño un antiguo amigo, aveces el dolor se debe reprimir porque si sacas afuera todo tú dolor te verán más débil de lo que en verdad eres y eso les ayudará a los demás a que sepan tus debilidades.
Te quiero... con toda mi alma, con todo mi corazón... ojala te lo hubiese dicho en vida... y lo siento por no haberlo hecho... ahora es tarde y aun pudiendo decírtelo ... no puedo... perdona a tú niña... por favor, sé que algún día seré capaz de ir a visitarte, ruego que me esperes... no podría vivir sin decirte lo mucho que te he querido, te quise y te querré.
Con lágrimas en los ojos me despido de este texto para que cuando lo vuelva a leer sepa de mis emociones hacia el.